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El saber que la medalla que le colgarían a uno al final de la jornada, gozaba ya de dueña y señora, tenía bastante mucho más peso que la sabiduría de muchos rabinos, así que...
Puedo afirmar y afirmo y ahora sí que hablo CON conocimiento de causa, que esos chismes tan de moda, los Trajes Trampa (Swimskin), también benefician a los malos y pésimos nadadores como el sotoescrito. Mi cara de incredulidad ante el experto de la tienda (ojo un buen amigo), y mis innumerables porqués acabaron con su paciencia hasta el punto de cederme el traje y decirme que se lo pagara el lunes solo si mi tiempo estaba entre a pelo y con Neo. El muy ca**** lo calcó. Mi diferencia entre nadar con Neo y a pelo son 20 minutos, el domingo la diferencia fueron solo 10. Uno de mis primeros mensajes que pude leer a la noche en el móvil decía "Felicidades, ¿en efectivo o con tarjeta?".
Más contento que yo que sé con esa 1:33h en el agua, me enfundé en el traje de pedaleo para afrontar el parcial de ciclismo. La velocidad de las balas no era muy alta, por lo que no debería correr peligro de que estas me mataran, en cambio, no estaba muy seguro de cuán alta era la dosis del veneno, siendo esta la que podría dilatar la jornada más allá que del "sol a sol". Y os aseguro que de este último teníamos para dar y tomar. Creo que la primera subida ya durante la primera vuelta fue quien dictó lo que nos depararía el resto del día; calor, calor y más calor bien acompañado de una pegajosa humedad. Iso por dentro y agua por fuera, Iso por dentro y agua por fuera, hasta que ya el Iso dejaba de entrar por su temperatura a lo caldo de pollo, y eso ocurría allá por el km. 155, por lo que los restantes 25 fueron bastante calvario, mojando la lengua para engañar la sed y por si fuera poco el estómago se unió a la fiesta y a falta de 3 km para bajarme de la bici a regurgitar tocó. Por unos instantes parecía que había quedado como nuevo, pero ni más lejos que eso. Las casi siete horas sobre la bici, estaban sobre lo que uno actualmente podía hacer, tampoco hay que pedirle peras al olmo.
Esta vez el juego de ropa de reserva para correr me vino a pedir de boca, porque tenía pensado correr con la ropa de la bici como suelo hacer últimamente, y como que no, ya que las manchas emergentes sobre el maillot y el olor que desprendía delataban lo ocurrido poco antes. Doscientos metros (200m) son los que necesité correr para saber que si quería acabar tenía que parar. Deshidratado hasta la médula y aplatanado por el sol comencé a caminar a paso Legionario, pero hasta ese era demasiado. Al final de la primera y segunda vuelta sentí sensaciones iguales a las del infierno de Vichy 2011, solo que esta vez ya me encontraba en la carrera a pie por lo que algo más controlable. Aproveché cada avituallamiento y las dos fuentes a lo largo de cada vuelta, para redefinir el concepto de MOJARSE. La sensación de constante sed conseguí apaciguarla cuando los grillos comenzaron a cantar, momento en el que pude iniciar a combinar carrera con caminar culminando las más de seis horas, y de ese modo llegar a pisar la alfombra para cumplir con la deuda prometida.
A fin de cuentas se trata siempre de la misma; "A la única que has de convencer es a la mente".
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3 comentarios:
Felicidades por todo!
Y lo conseguiste ¿no? Pues lo demás " a cascarla ".
Gracias Ferran, y a ver cuando coincidimos en uno de estos.
Aitor, que no te quepa la menor duda. Antes, ahora y siempre!
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