
Hay un dicho por mi tierra, y la de mucho de vosotros, que dice que "Al invierno no se lo comen los lobos". A este no se lo han comido, pero a quien sí se han comido, al menos al norte de los Alpes, es a la nieve, la cual, de momento, brilla por su ausencia. Hace escasas dos lunas que he comenzado a dar pasos medio firmes y más o menos constantes, y de dichas sendas, acompañado por gélida niebla y algún que otro vergonzoso rayo de sol, quiero dejaros alguna que otra estampa.








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